El viernes 25 de septiembre. El único día a la semana que no me tengo que levantar muy temprano. Entonces puede ser no el mejor día para sacar mil fotos. El primer foto que tomé es de mi compañero cuando está durmiendo (duerme siempre demasiado mucho). Iba a la calle para sacar algunas fotos de reflejas en el luz de mediodía, sin desayuna – qué horror! Cuando caminando por Itturama, busqué buena composiciones con cosas reflejadas. Tomé algunas fotos de las reflejas de unos árboles en unos cristales de coches. Sin efecto. Después saqué fotos de reflejos en unos cristales de una tienda, tampoco con el resultado esperado. Pero no encontrada imágenes bastante interesantes. ¿Porqué, dios? Volví completamente decepcionado a mi piso.
Al los mi compañero de piso y yo tuvimos que ir a nuestras vecinas ecuatorianas de a lado. Ellas han preparadas el almuerzo (¡Ceasar’s salad!). La comida me dio el coraje para sacar mas fotografías. Las chicas tienen un piso con una vista maravillosa y entonces empecé a sacar fotos de aja.
A las cuatro tuve que ir a la clase (la única de hoy). La profesora habla siempre tan rápido que no puedo seguir que ella dice. Sus proyectos de powerpoint son también casi imposibles de copiar a causa de su velocidad de hablar y enseñar. ¿La solución? La CAMARA. Saqué fotografías a escondidas de los proyectos para copiarlo en mi piso. ¡Qué buen!, lo pensé. Pero después quince minutos la profesora vio me lo hecho. O, ooh.
- “¿Qué haces? ¿Sacas fotos de los proyectos? ¿Por qué?”
A un momento fui sorprendido a causa de la cortina de fuego. “Euhm, no puedo seguir porque cambia las proyectos demasiado rapido.”
- “¿La verdad, y es así por toda la clase?”
- “¡SI!”, era la respuesta.
- “Vale. La proxima semana traigo las copias, ¿de acuerdo?”
En mi pequeña cabeza era un héroe por una momentito.
lunes, 28 de septiembre de 2009
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